jueves, 17 de septiembre de 2009


Cuando llega una persona a tu vida, que no estabas esperando, que no sabías de su existencia, que te deja estupefacta con cada cosa que dice o hace, te ilumina el camino de cierta forma. Vos llegaste a mi vida, tan sorprendentemente que ni siquiera puedo imaginar en borrarte de mi futuro. Increíble es lo todo lo que me podés ayudar, y vos no lo sabés. Me salvaste del dolor, de todo lo malo. Me transmitís paz. Sos ese hermano que no tengo, aquel que me comprende, que me cuida, que me escucha sin que te diga palabras, y sin que sepas de mí. Siempre sabés que decir o que hacer en el momento adecuado. Te veo, y mis ojos ven pura perfección. Mis cinco sentidos están fijados en vos, sólo en vos. Tu alma es ahora mi estrella, y vos sos mi vida. Joseph, gracias por ser mi razón de existir. Te amo como jamás alguien imaginó

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